Desarrollo y Formación Organizacional - Psicología Organizacional EVALUACIÓN
El tema del desarrollo es
esencial desde una mirada competitiva, como parte fundamental de la planeación
de recursos humanos, son las acciones conscientes que se deben cumplir frente
al talento humano para alcanzar objetivos estratégicos. (Huber, 2008; Ayala,
2013), fundamentado en la gestión del talento humano, que según Chiavenato son
las políticas y prácticas necesarias para dirigir a las personas, en el que las
organizaciones deben convertirse en facilitadores del desarrollo humano y
social (Peralta, 2006; Barona, 2016).
En el tema del desarrollo
debemos estar siempre atentos a las propias metas de la empresa y no dejarnos
llevar por lo genérico, por ello, Snell y Bohlander (2013), establecieron un
modelo estratégico de desarrollo dividido en cuatro fases: 1. Valoración, en la
que se hace la evaluación de las necesidades de la empresa, identificando las
fuerzas generales necesarias, así como un análisis de las tareas y descripción
de funciones y personas. 2. Diseño del programa de capacitación está enfocado
en plantear qué competencias y habilidades son elementales desarrollar para
alcanzar las metas. 3. Implementación del programa de formación, en el que
tener en cuenta las TICs y el e-learning constituye pieza fundamental para la
constante actualización y reflexión crítica, aprovechando instituciones
facilitadoras como el SENA (Cabero, 2006; Guitert, Romeu, & Pérez-Mateo,
2007; CINTERFOR, 2008). 4. Evaluación, la cual indica cuatro criterios y pasos
a llevar a cabo para confirmar que los procesos se están llevando acordemente:
evaluación de reacciones, evaluación de aprendizaje, evaluación de
comportamientos en puestos de trabajo y ROI.
Desde la visión del OIT,
en su recomendación195, se debe propender el desarrollo de los factores humanos
en reconocimiento de acciones orientadas a mejorar las habilidades y
competencias, promoviendo los intereses de las personas y de la empresa. Y es
que el desarrollo va orientado como un método clave para la empresa de
conseguir el talento que necesitan para ser competitivas, por lo que actualizar
y desarrollar los conocimientos de las personas debe verse como una ventaja y
no como una pérdida (Bencomo, 2007).
En el desarrollo la
evaluación es la principal herramienta utilizada para poder determinar las
necesidades tanto de la empresa como del trabajador de entrar en un programa de
desarrollo. La primera de ellas es la evaluación 180°, en la cual la persona es
evaluada por su jefe, directivos, pares, miembros de equipo y clientes
(internos y externos), dejando de lado la visión de sus subordinados. La
importancia de estos procesos de evaluación está en que las empresas toman
mayor credibilidad al implementar procesos de evaluación que permiten hacer
visibles las fortalezas y debilidades, junto con las necesidades de desarrollo
y formación. Se recomienda en muchas ocasiones el uso de consultores externos
para garantizar confidencialidad. En el tema del informe de evaluación se debe
primar el uso del feedback y de los resultados de la evaluación, de manera que
genere reflexibilidad en los mismos colaboradores frente a sus conductas
(Vallejo, 2011; Díaz, s.f.).
Otra de las formas de
evaluación la constituye la 360°, que incluye la evaluación por parte de todos
los vinculados directamente con el evaluado, incluyendo la propia autoevaluación.
La evaluación 360° funciona como un medio efectivo para estimular el mejor
desempeño y enfocar las destrezas a las estrategias (Granell & Malpica,
2000), gracias al uso de este tipi de evaluación, las empresas incrementan sus
niveles de calidad, generando beneficios económicos y ayudando al crecimiento
profesional, además de generar evaluaciones justas y eficaces por todo el
entorno (Lara, Gerardo, Morales, & Galán, 2010).
En este proceso de
evaluación, una herramienta alternativa puede ser el assessment center, el cual
más allá de los procesos de selección, funge como herramienta de mejoramiento y
desarrollo, en el que se busca crear aprendizaje y mejoramientos de habilidades
(Toro, 2014). El uso del AC se fundamenta en el hecho de que el desarrollo de
una persona requiere tiempo y esfuerzo, y en el que no todas las personas
pueden ser formadas en todas las habilidades, por lo que el AC como herramienta
diagnóstica permite separa las habilidades de los individuos por áreas
específicas, lo que permite determinar a partir de las necesidades los
potenciales para posible incorporación en programas de desarrollo o formación
(Byham, 1993; Lievens, Deswelgh, & Pérez, 1997).
Otro de los posibles
momentos de evaluación que se presentan es el periodo de prueba, vista como la
etapa inicial del contrato de trabajo, que tiene por objeto apreciar las
aptitudes del trabajador y por parte de este, el conocer el entorno y las
condiciones del trabajo. Desde el código sustantivo del trabajo, todo trabajo
debe contemplar un periodo de prueba que no puede exceder los dos meses. Las
ventajas del periodo de prueba están en que se puede dar por terminado en
cualquier momento sin consecuencias legales, pero en el que los trabajadores
gozarán de todas las prestaciones, pero sin poder recibir indemnización si es
despedido (Gerencie, 2017).
Pero todo proceso de
evaluación, sea cual sea y desde donde sea, debe incluir una retroalimentación
o feedback, el cual permite que haya una mejora real del rendimiento debido a
la evaluación. El feedback es la información objetiva sobre el rendimiento de
los colaboradores, es la respuesta al ¿cómo lo estoy haciendo?, caracterizado
por ser instructivo, brindando sugerencias para mejorar las conductas, y
motivacional, para impulsar la labor del colaborador (Granell & Malpica,
2000). La retroalimentación constituye el puente para hacer mejor las cosas,
pero debe recordarse que las cosas positivas tendrán mayores efectos que las
negativas, por lo que generar un feedback negativo solo traerá falta de
motivación y ausencia de cambios conductuales (Kreitner & Knick, 1997;
Hellriegel & Slocum, 1999). Una de
las maneras de mejorar el feedback es mediante las TICs, ya que al evaluado
participar activamente en el proceso, reciben las respuestas con mayor
facilidad, sin embargo, las TICs no deben ser consideradas como el evaluador,
sino como una herramienta complementaria que permite el uso de diferentes
medios y plataformas para hacer más sencillos los procesos de evaluación
(Jaramillo & Quiróga, 2010; Marqués, 2010).
Pero ¿qué aparece luego de
las evaluaciones? Pues son los procesos de implementación del desarrollo,
identificados desde la formación hacia lo más importante, los movimientos, que
es lo que constituirá el meollo del asunto, pues eso implica el desarrollo,
desarrollar competencias y desarrollarse profesionalmente, avanzar, cambiar,
mejorar.
La primera forma que
veremos sobre los movimientos tiene que ver con el plan carrera, el cual está
constituido como políticas para atraer y mantener el talento humano, en donde
se fijan objetivos reales y alcanzables para las personas en su crecimiento
profesional, ligado a capacitaciones y formaciones que le a los individuos ir
creciendo a la par de la empresa. El plan carrera es decirle al trabajador que
puede aspirar a más jerarquía de la que tiene en su momento de entrada, lo que
traerá motivación, satisfacción e interés por las oportunidades, acompañado de
la evaluación constante que permite saber si se están alcanzando los objetivos
(180, 360, AC…).
Es elemental que sepamos
que todas las personas siempre quieren estar mejor, siempre quiere avanzar, por
lo que la planificación de la carrera dentro de la organización le precisa su
situación futura si cumple adecuadamente con los procesos, es una mirada al
futuro acompañada de una reflexión.
Para la implementación del
plan carrera es menester conocer el organigrama de la organización y del área,
lo que permite establecer una ruta e impulsar al trabajador en convertirse en
un experto de su área (Barona, 2016), siendo además una forma de evitar que los
trabajadores y talentos salgan de la organización, presentándose como pérdidas
de recursos financieros y humanos difícilmente recuperables (Hernández,
Hernández, & Mendieta, 2013).
Otra de las formas de
movimientos son los planes de sucesión, el cual es un programa organización que
busca identificar los puestos clave de la compañía y los posibles participantes
a remplazarlos cuando los trabajadores de dichos puestos decidan rotar o
retirarse. La importancia de este programa es que permite ir formando poco a
poco sin tener fechas estipuladas de la asunción a los nuevos cargos, lo que
implica su existencia como herramienta de planificación. Su objetivo es
favorecer la retención del personal clave, asegurar la continuidad gerencial,
posibilitar el desarrollo, trayendo beneficios como el desarrollo de las
personas más involucradas con la empresa, motivando a los empleados y
directivos. Los pasos básicos son la evaluación, la elección de los puestos
claves, identificar las competencias necesarias, buscar a los candidatos
(internos o externos), crear planes de desarrollo y formación, y eliminar las
brechas entre lo actual y lo necesario (Ayala, 2013; Soto, 2017).
Pero no todos los
movimientos que se pueden dar son proyectivos, también aparecen los ascensos,
aludiendo a los movimientos de un cargo menor de uno mayor que traerá aumento
de jerarquía. Para llevarlo a cabo se debe tener en cuenta el progreso del
candidato, ver cómo va el plan carrera, si son aptos o no para el nuevo puesto,
sus competencias y las evaluaciones. Existen pues seis reglas para generar
imparcialidad en el tema: 1. Investigar desde la selección, 2. Calificar
competencias, 3. Estandarizar las pruebas de los candidatos a ascender, 4. Si
hay candidatos igualmente competentes se debe dar prioridad al antiguo, 5.
Seleccionar a quienes tengan mejores calificaciones, y 6. Ampliar el periodo de
prueba para puestos técnicos para poder contar con tiempo de observación y
poder rechazar a un candidato que resulte incompetente (Rodríguez, 2007).
Sin embargo, no siempre es
posible un ascenso, pero esto no debe ser limitante, ya que existen los
movimientos horizontales o rotación interna, la cual implica un cambio en el
puesto de trabajo que no traerá mejora de jerarquía pero sí enriquecimiento del
empleado y motivación, volviéndolo más polivalente y disminuyendo la monotonía,
pero puede generar dificultades en la adaptación a nuevos compañeros y jefes.
Este enfoque busca dar más variedad en los trabajos de los colaboradores,
generando mayor fiabilidad y oportunidades de acercarse a lo que puede ser un
área más motivante para él (Hernández, Hernández, & Mendieta, 2013).
Pero en el tema del
desarrollo podemos reflexionar en dos aspectos fundamentales, y es el manejo de
los programas de desarrollo como motivadores del trabajo. Pero cuando esto no
se cumple pueden aparecer dificultades como lo son la rotación o el absentismo,
el cual tiene como características el incumplimiento de las obligaciones
laborales – en este caso intencionales- que traerán problemas organizaciones ya
que las sustituciones requieren de adiestrar a nuevos colaboradores, o ampliar
las horas extra de algún otro para compensar la ausencia (Samaniego, 1998).
Otro de los temas a tener
mayor consideración es el de los jóvenes, en quienes vamos a encontrar
características particulares como la necesidad del éxito inmediato o el
reconocimiento social, surge entonces en el desarrollo el problema de cómo
trabajar con los jóvenes y cómo brindarles herramientas que permitan evaluarlos
y que no les afecten tanto, relacionado con el tema de una incapacidad para
afrontar el fracaso y de recibir la crítica (Gualteros, 2016).
Referencias
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modelo de competencias para el personal clave de una
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Obtenido de CAPITULO 6. EVALUACION 180 GRADOS.:
http://opvallejo7.blogspot.com.co/2011/07/capitulo-6-evaluacion-180-grados.html
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